Hoy 21 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Alzheimer, con el fin de concienciar a la población sobre la importancia de prevenir la demencia, dar a conocer la gravedad y repercusiones de la enfermedad y reivindicar más investigación.
El Alzheimer es un tipo de demencia conocida especialmente por la pérdida paulatina de memoria. Aunque, también afecta a otros dominios cognitivos y, de forma secundaria, al movimiento y otras funciones. Esto va provocando un deterioro global hasta el fallecimiento de la persona.
Aunque en los últimos años se han planteado varias teorías sobre su origen, todavía no está claro, por lo que es una enfermedad neurodegenerativa sin cura. Por eso es tan importante la investigación, sobre todo, teniendo en cuenta cómo y cuánto envejecemos.
Lo que sí parece tener soporte científico es la importancia del mantenimiento de una buena reserva cognitiva. Es decir, mantener al cerebro activo y entrenado. Incluso cuando aparecen algunos síntomas de deterioro cognitivo leve. La reserva cognitiva se considera un factor de protección frente al deterioro y a su evolución.
Además, se ha demostrado la importancia de mantenerse físicamente activo durante toda la vida y, especialmente, cuando nos hacemos mayores, ya que el ejercicio se convierte en otro factor de protección importante frente al deterioro del cerebro con la edad.
En este día, queremos aportar nuestro conocimiento y nuestro trabajo a todas las familias que sufren Alzheimer, pero también llamamos a la actividad y a la prevención a través de las diferentes actividades que realizamos durante todo el año. Tanto desde la neuropsicología por abanderar la estimulación cognitiva, como desde el resto de áreas: terapia ocupacional por el importante trabajo que se realiza en el mantenimiento de la funcionalidad y la autonomía; logopedia para la estimulación del lenguaje y el abordaje de la disfagia; y fisioterapia por el ejercicio terapéutico, el mantenimiento de las funciones motoras y la prevención de caídas.
Por último, añadir que, ante cualquier sospecha o queja de de fallos de memoria, lenguaje, atención… se consulte con neuropsicología para establecer si se trata de un inicio de deterioro cognitivo o si, simplemente, se trata del envejecimiento natural del cerebro. Si usted o un familiar se encuentra en esta situación o tiene ya un diagnóstico de deterioro cognitivo leve o de demencia, puede consultar con nuestro equipo qué se puede hacer.