María Alcaide, logopeda de Neurointegra, nos habla de las alteraciones de la deglución -disfagia- en la Enfermedad de Parkinson:
La Enfermedad de Parkinson se caracteriza por temblor, rigidez, lentitud en los movimientos e inestabilidad provocada por los síntomas anteriores. En muchas ocasiones, también se pueden ver afectadas otras capacidades que pueden pasar más desapercibidas, tanto por los familiares como por el propio paciente, ya que muchos de ellos no son conscientes de esta dificultad, así como por los profesionales que lo tratan.
Cuando hablamos de disfagia nos referimos a la dificultad o imposibilidad para tragar alimentos sólidos y/o líquidos.
Esta alteración suele aparecer en estadios más avanzados, cuando la enfermedad va progresando y provocando falta de nutrición y alteraciones en la deglución que pueden derivar en aspiraciones de alimento por las vías respiratorias. Esto aumenta el riesgo de padecer neumonía por aspiración.
La persona con Parkinson puede mostrar una dificultad a la hora de preparar el bolo alimenticio y desplazarlo desde la boca hacia el estómago. Por lo que la afectación puede darse en cualquiera de las fases de la deglución (fase oral-preparatoria, fase oral y/o fase faríngea o esofágica), todo esto viene dado por la debilidad de la musculatura orofacial, la sialorrea (exceso de saliva), la limitación del ascenso laríngeo, la presencia de fasciculaciones que entorpecen la función o un retraso en el reflejo deglutorio por la falta de propulsión lingual.
Los signos o síntomas son variados y podemos catalogarlos de leves a severos. Podemos resumirlos en el siguiente listado:
- Dificultad para tragar alimentos o líquidos.
- Presencia de tos.
- Atragantamiento durante la comida o después de comer.
- Voz húmeda.
- Restos de alimento en la boca.
- Necesidad de tragar más de una vez.
- Picos febriles de origen desconocido.
- Infecciones respiratorias frecuentes sin causa aparente.
Por ello, es muy importante que se observen estos signos de alerta y que se realice un examen exhaustivo del paciente. Para lo cual se emplean exámenes instrumentalizados como sería la videofluoroscopia; ésta nos permite observar qué movimientos realiza el paciente a la hora de deglutir cualquier sólido o líquido. Por otra parte, también se realizan pruebas en las que se le administran alimentos sólidos y líquidos y se puede observar en que consistencia muestra mayor dificultad el paciente, como sería la prueba del MECV-V (Método de Exploración Clínica Volumen-Viscosidad), que puede realizar un logopeda sin necesidad de grandes instrumentos.
Detectar a tiempo la disfagia puede prevenir la aparición de problemas nutricionales o de deshidratación, así como infecciones respiratorias que pueden desembocar en neumonías o los temidos atragantamientos. Con motivo del Día Europeo de la Logopedia, en Neurointegra estamos llevando realizando consultas de valoración con un coste reducido hasta el 22 de marzo. Si observas alguna de estas dificultades, no esperes y consúltanos.