En este post vamos a hablar de qué es la prematuridad y qué implica.
¿Qué significa que mi hijo es prematuro?
Se considera prematuro un bebé nacido antes de que se hayan cumplido 37 semanas de gestación. Los niños prematuros se dividen en subcategorías en función de la edad gestacional: 1. prematuros extremos (menos de 28 semanas) 2. muy prematuros (28 a 32 semanas) 3. prematuros moderados a tardíos (32 a 37 semanas).
La evolución de los niños prematuros suele ser favorable, pero pueden aparecer mayores dificultades y riesgos respecto a los nacidos a su tiempo. Son niños más pequeños e inmaduros porque sus órganos aún no se encuentran preparados para asumir todas sus funciones. Esta inmadurez y la necesidad de madurar fuera del útero pueden condicionar la aparición de ciertos problemas que serán mayores cuanto más prematuros hayan nacido.
¿Cómo será su desarrollo? Problemas generales de salud y desarrollo que pueden presentar los grandes prematuros.
El saber si nuestro hijo prematuro podrá llevar una vida como la de los otros niños puede ser una de las principales preocupaciones que puedan surgir a los padres. Sería deseable poder saber, ante un niño concreto, cuál será su futuro, pero eso no es posible. Se podría hablar de riesgos, pero no de certezas, lo que puede generar incertidumbre. Sin embargo, en el caso que surja alguna dificultad importante suele detectarse y diagnosticarse antes de los dos años.
La mayoría de los prematuros pueden llegar a tener un desarrollo normal, o probablemente un poco más lento, llegando a tardar más en adquirir algunas habilidades, que suele resolverse con una estimulación adecuada.
Las alteraciones del neurodesarrollo son las que aparecen durante el proceso de maduración y puede afectar a aspectos motores, del lenguaje, cognitivos, sensoriales… Resulta importante detectarlas de manera precoz para abordarlas lo antes posible.
En general, los estudios longitudinales de cohorte hechos en otros países europeos constatan el alto número de problemas, sobre todo de neurodesarrollo, que pueden padecer los grandes prematuros y que se acaban traduciendo en dificultades de integración visual-motora y lenguaje, cognitivas o de aprendizaje, de integración social y afectiva y en más bajos niveles educativos en la edad adulta. Es fundamental una detección precoz de las patologías de la comunicación y la deglución por profesionales de la salud, como medicina, enfermería, fisioterapia, psicología o logopedia.
¿Qué podemos hacer para ayudarle? La importancia de la Atención Temprana en prematuridad
No todos los niños prematuros van a requerir tratamiento desde AT, pero al tratarse de niños que presentan riesgo neuropsicosensorial y son más vulnerables, precisan de un seguimiento y valoración que pueda determinar si van a necesitar algún tipo de estimulación.
La Atención Temprana tiene como objetivo mejorar o prevenir dificultades en el desarrollo de niños con riesgo de padecerlos (en este caso de niños prematuros). La intervención deberá comenzar tan pronto como se detecte la necesidad. Por ello, habrá que realizar un seguimiento y prestar atención a los signos de alarma que puedan aparecer teniendo en cuenta su edad corregida (edad que tendría si hubiera nacido en la semana 40 de gestación).
En nuestro servicio de Atención Temprana contamos con un equipo compuesto por fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, psicólogas y logopedas. Entre todos los profesionales ofrecen la estimulación oportuna según las dificultades que se observen. En caso de presentar dificultades a nivel motor, postural, sensoriomotriz, terapia respiratoria se abordarán desde el área de fisioterapia o terapia ocupacional, según el caso particular. Si se observan dificultades a nivel orofacial, de comunicación, deglución o succión se abordarán desde el área de logopedia. Si las dificultades son a nivel cognitivo, atencional, conductual se abordarán desde el área de psicología.